Noticia tomada de: https://www.mundomaritimo.cl/noticias/friend-shoring-nuevos-patrones-comerciales-redefinirian-la-logistica-mundial
África, Sudeste Asiático serían los focos de flujos de carga
Ya lo advierten los expertos en todo el mundo: los flujos de carga tomarán nuevos rumbos desde África y el Sudeste Asiático. El cambio en los patrones de consumo postpandemia, sumado a las restricciones y sanciones producto del conflicto entre Rusia y Ucrania, han tensionado las relaciones comerciales entre Occidente y China, donde el gigante asiático está perdiendo el protagonismo del que ha gozado en las últimas tres décadas.
La ruta transpacífica sería la que más sufriría ante esta reconfiguración de la logística internacional, con el fenómeno friend-shoring, que hace referencia a la preferencia de abastecerse con proveedores con afinidad valórica y política, dejando atrás las relaciones con China, similar a lo sucedido en Europa con el abastecimiento energético tras la invasión rusa a Ucrania.
No es desglobalización
No, no se trata de desglobalización como mencionan algunos alarmistas, sino de diversificación. Más rutas, más recaladas y un aumento de actividad en puertos en zonas fuera del mapa global presentarán un nuevo desafío de infraestructura y la configuración de la demanda. Precisamente, la diversificación de proveedores promueve el desarrollo en naciones que no están tradicionalmente en el radar.
Lo cierto es que China dejó de ser el mercado más rentable. Los salarios ya no son lo mismo de antes, además de las restricciones sanitarias que han comprometido la confiabilidad y competitividad. “Es un movimiento natural que tal vez vaya un poco más rápido [de lo esperado]”, comenta Rolf Habben-Jansen, CEO de Hapag-Lloyd en declaraciones recogidas por ShippingWatch respecto de la deslocalización lenta china.
Desafíos de la dispersión
El costo del friend-shoring es una logística más compleja, con más variables. Las empresas (transportistas, forwarders, dueños de la carga, etc) tendrán que gestionar más rutas y más puertos, en muchos de los cuales no podrán tocar los buques más grandes porque no están preparados para el influjo inminente.
La clave para no colapsar es la dosificación del cambio, una transición planificada y acorde a las condiciones de capacidad de los puertos que cobrarán protagonismo en esta reconfiguración del mercado. Los mercados africanos y del sudeste asiático no están capacitados para procesar una demanda a gran escala, pudiendo poner en riesgo la eficiencia de la cadena de suministro global si se generan embotellamientos en las locaciones escogidas como nuevos focos de proveedores.
Producción local
Una medida aún más drástica es la localización total de la manufactura, como es el caso de compañías estadounidenses, quienes están prefiriendo trasladar la capacidad de producción al interior de su propio mercado para no depender de proveedores extranjeros y así sentir un mayor control sobre su cadena de suministro. Una especie de ‘friend-shoring’ extremo, que podría tensionar la capacidad logística terrestre o exigir a la ya altamente demandada capacidad aérea interna.
Cual sea la configuración escogida por los dueños de la carga, lo importante es hacer las transiciones con mesura y planificación. Los últimos años de disrupción han demostrado que apenas unas pocas semanas de colapso pueden significar meses de ajustes para el regreso a una ‘normalidad’ que nunca se recupera tal como era antes.
Por MundoMaritimo